28 de octubre de 2016

La isla a la que nunca te irías de vacaciones

¿Qué es la isla de plástico?
La Isla de plástico, también conocida como Isla de basura, Isla tóxica  y otros nombres similares, es una zona del océano cubierta de desechos marinos en el centro del océano Pacífico Norte, localizada entre las coordenadas 135° a 155°O y 35° a 42°N. Se estima que tiene un tamaño de 1.400.000 km²

Este vertedero oceánico se caracteriza por tener concentraciones excepcionalmente altas de plástico suspendido y otros desechos atrapados en las corrientes del giro del Pacífico Norte. Algo así como miles de millones de residuos plásticos, desperdicios y todo tipo de basura que flota en el océano como si se tratara de pequeñas islas, una junto a otra, que se distribuyen en el agua a lo largo de kilómetros y kilómetros.

¿Cuál es el problema?
El fenómeno afecta alrededor de 300 especies y tiene consecuencias que se extienden más allá de su mera alimentación. Por ejemplo, los trocitos de plástico absorben partículas tóxicas que más tarde terminan en el estómago de los peces o de las aves. No es improbable que uno de esos peces que ha consumido plástico y que esté intoxicado, termine en el plato de algún ser humano. Por otro lado, los residuos contribuyen a que algunas especies invasoras lleguen a hábitats que les son ajenos colonizándolos.

El problema crece
Los residuos podrían haberse multiplicado por cien en los últimos cuarenta años. No es suficiente como para superar el número de peces en los mares, pero indica que la tendencia va al alza y que, de nuevo, tenemos un problema causado por nuestra habitual costumbre de contaminar con alegría. Los plásticos matan especies y alteran delicados ecosistemas, y sus consecuencias son aún inciertas.
 
¿Por qué se ha formado?
Se calcula que un 80% del plástico vertido al océano Pacífico proviene de las costas asiáticas y norteamericanas. Muelles, puertos, vertidos de residuos ilegales, etcétera. Todo eso es arrastrado poco a poco por los giros marítimos, cruces de corrientes, que empujan los trozos de plástico hacia su centro, provocando su estancamiento. El 20% restante de la basura introducida en el océano corresponde a barcos pesqueros o cargueros de diverso rango. Nos ayuda la naturaleza, pero es culpa nuestra.
 


¿Se puede eliminar?
Pretenden colocar unas enormes barreras flotantes en distintas partes del planeta, y con su forma de V, vayan atrapando toda la basura que pasa por allí. Obviamente no se pueden poner barreras en cualquier punto – principalmente por el tráfico marítimo – pero sí en puntos estratégicos.
 
Rompe el ciclo del plástico
Lleva siempre bolsas reutilizables. Compra productos a  granel. Evita productos desechables. Bebe agua del grifo con un filtro, o embotellado PET frente a PVC. Utiliza envases herméticos reutilizables no film. No tires nada al campo, al mar o la montaña y recoge los residuos que os encontréis. Elije productos realizados con materiales nobles. Recicla todo lo que puedas. Retorna las botellas a los sistemas de recuperación. Utiliza los sistemas de recogida selectiva de vidrio. Ahorra en libros utilizando bibliotecas y hemerotecas. Imprime tus documentos solo cuando sea necesario. Compra papel reciclado. Y RECUERDA POR PEQUEÑA QUE TE PAREZCA LA ACCIÓN ES IMPORTANTE.
 

21 de octubre de 2016

Un buen aislante térmico puede ahorrar energía

Tener un buen aislante térmico puede reducir un 30% la pérdida de la energía en un edificio, reduciendo así la factura eléctrica y del gas, reducir las emisiones de CO2 y contribuir a cuidar el medio ambiente.

Por todo ello es importante elegir bien el aislante térmico que se va a utilizar en la construcción de un nuevo edificio y aprovechar cualquier rehabilitación para mejorar este aspecto.

Hoy en día existen normativas que regulan la obligatoriedad de cumplir unos requisitos mínimos de eficiencia energética: Código Técnico de la Edificación (CTE) o el nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).
Existen diversos estudios sobre estos materiales, ya que tenemos que tener en cuenta no solo lo que puede ahorrar en energía, si no cuánta es necesaria para su fabricación y transporte. Para hacer estos estudios se miran diversos parámetros:
  • Peso: indicará su facilidad para el transporte y montaje. El más ligero será más fácil de montar y menos contaminante.
  • Conductividad: el menor valor nos indicará qué material aísla mejor.
  • Ahorro de energía
  • Coste de energía
  • Balance entre la energía ahorrada y la consumida
  • Cantidad de residuos generada por cada metro cuadrado de material
  • Emisión de CO2
  • Precio
Existen materiales que pueden ahorrar mucha energía, generar pocos residuos y ser bastante económicos, como puede ser la lana de vidrio. Otros son materiales renovables y menos contaminantes en su fabricación, aunque su grado de aislamiento no sea el deseado, como el aglomerado de corcho.
 
Las conclusiones que sacan en dichos estudios son muy similares y coinciden en que no existe el producto ideal.
 
Hay productos que pueden ser muy buenos para unos criterios pero no para otros. Para tener una respuesta más objetiva habría que recurrir al Análisis del ciclo de vida (LCA) que es una relación de todos los impactos positivos y negativos de un producto en el ambiente. Estos impactos se miden en cada etapa de la vida del producto, desde la extracción de las materias primas hasta el final del uso del producto y la demolición del edificio, con indicadores ligados a los desperdicios, las emisiones y el consumo de recursos.


14 de octubre de 2016

Energías renovables en el extranjero

Gracias a las energías renovables el precio de la electricidad fue negativo por un día en Alemania

¿Energía a coste cero? Las renovables lo pueden conseguir, pero seguiremos pagándola.

¿Qué es el "pool" eléctrico? Los distintos generadores de energía acuden a un mercado mayorista para subastar su energía producida. La nuclear y la hidráulica son las primeras en entrar a esta subasta ya que ofertan la energía a precio cero por su baja capacidad de parada y porque ya están amortizadas. Después entran las renovables, que también conllevan coste cero, a fin de cuentas, esa energía ofertada no se almacena y se perdería. Finalmente, entran el resto de centrales como las de gas o carbón siendo estas últimas las que fijan el precio.

 
Entonces, ¿cómo es posible un precio de electricidad negativo? Alemania es uno de los países más comprometidos con la generación de energía limpia y renovable. Tras el desastre de Fukushima tomaron la decisión de reducir la producción de energía nuclear hasta llevarla a cero en el 2022 para evitar un accidente tan catastrófico como este. A partir de entonces, y persiguiendo esta meta, se han llevado a cabo inversiones en planes como el Energiewende cuyo objetivo es que en 2050 el 80% de la energía del país se genere por medio de fuentes limpias y renovables.

Y entonces ... El domingo ocho de mayo hizo un día precioso en Alemania. Brilló el sol,  y sopló una fuerte brisa. Mientras la mayor parte del país disfrutaba de la bonanza climatológica, las compañías eléctricas miraban nerviosas los contadores. Durante unas horas, el precio de la luz bajó tanto que tuvieron que pagar por generarlo en lugar de cobrar. Un nuevo record en energías renovables consiguiéndose un abastecimiento del 95%.

¿Consecuencias? ¿buenas? ¿malas? ¿increíbles? El precio en el mercado de la electricidad en esa jornada fue negativo llegándose a los -130 euros el megavatio por hora. Esto se traduce en que las compañías deberían haber pagado a sus usuarios para que consumieran. La mala noticia es que esto no es así en la práctica y no significa que los consumidores alemanes recibieran dinero en sus facturas.

Alemania no es la única con superávit energético, Dinamarca por ejemplo genera ya el 140% de la energía que necesita mediante plantas eólicas. Y no es necesario salir de nuestras fronteras para encontrarnos ejemplos similares ya que Galicia, Castilla y León, Castilla La Mancha y Extremadura también generan más electricidad con energía renovable de la que consumen.

La nueva política energética avanza viento en popa. Suena paradójico, pero siempre se mantendrán plantas de generación más convencionales dada la relación directa de las energías renovables con el clima existente.


Referencias:

6 de octubre de 2016

¿Cuánto tardan en degradarse los productos utilizados?

En muchas ocasiones pensamos en los residuos y desechos que generamos, pero ¿somos conscientes de lo contaminantes que son?

Existen muchos tipos de residuos, algunos de ellos incluso pueden ser muy peligrosos como es el caso de los químicos. Otros pueden tardar miles de años en descomponerse, como el plástico. Deberíamos pensar en ello cada vez que arrojamos algo a la basura.

Aún es importante que pensemos en tirar los residuos a los contenedores para su reciclaje, para conseguir en la medida de lo posible cuidar el planeta.

A continuación describimos cuánto tardan en degradarse algunos productos:
  • 1 año: el papel, básicamente es celulosa. Si queda tirado sobre tierra y si le toca un invierno lluvioso, no tarda en degradarse. Aunque el tiempo para degradarse no es mucho, lo ideal es reciclarlo para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación.
  • 1 a 2 años: bajo los rayos del sol, una colilla con filtro puede demorar hasta dos años en desaparecer. El filtro es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo, acostumbradas a combatir materia orgánica, no pueden atacarla de entrada. Si cae en el agua, la desintegración es más rápida, pero más contaminante.
  • 5 años: un trozo de chicle masticado se convierte en ese tiempo, por acción del oxígeno en un material duro que luego empieza a desquebrajarse hasta desaparecer.
  • 10 años: tiempo que tarda la naturaleza en transformar una lata de gaseosa o de cerveza al estado de óxido de hierro. Por lo general las latas tienen 210 micrones de espesor de acero recubierto de barniz y de estaño.
  • 30 años: tarda un aerosol en degradarse, éste es uno de los elementos de los desechos domiciliarios más polémicos. Primero porque al ser un aerosol, salvo especificación contraria, ya es de por sí un agente contaminante por sus clorofluorocarbonos.
  • 30 años: los envases tetrabrik no son tan tóxicos como uno imagina. En realidad el 75% de su estructura es de celulosa, el 20% de polietileno puro de baja densidad y el 5 % de aluminio.
  • 100 años: de acero plástico, los mecheros se toman su tiempo para convertirse en otra cosa. El acero, expuesto al aire libre, comienza a dañarse y enmohecerse levemente después de 10 años. Sin embargo, el plástico en ese tiempo, ni pierde color.
  • 100 a 1000 años: las botellas de plástico son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas duran más.
  • 1000 años: las pilas, sus componentes son altamente contaminantes y no se degradan. La mayoría tienen mercurio, otras también tienen cinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio. Pueden empezar a separarse después de estar 50 años al aire libre.
  • 4000 años: la botella de vidrio es un objeto muy resistente, en cualquiera de sus formatos. A pesar de ser frágil, porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla. Está formada por arena y carbonatos de sodio y calcio y por ello es reciclable en un 100%.


Referencias: http://www.fundacionbudhi.org/descomposicion-del-entorno/