La instalación de sensores de movimiento es una forma útil de
reducir el coste en luz en comunidades de vecinos. Mantener apagadas las luces
de los espacios comunes cuando no hay ningún vecino en ellos puede reducir
considerablemente el recibo comunitario de la luz. Los sensores de movimiento activan
las luces exteriores cuando se detecta movimiento cerca de tu casa, pero
también las apagarán automáticamente para ahorrar energía cuando no hay nadie
cerca.
Los sensores de
movimiento son una potente herramienta para reducir los consumos de
electricidad por luminarias, ya que pueden controlar los interruptores de luz
con el fin de iluminar cuartos, pasadizos, estacionamientos, salones completos,
solo cuando detecta movimiento; al mismo tiempo puede apagar la luz
automáticamente cuando la actividad o movimiento haya concluido.
En
el mercado se encuentra actualmente de diversos tipos de sensores como: por
ondas electromagnéticas, por ultrasonido, por infrarrojos o aquellos que
detectan el calor (corporal o de una máquina). Sus aéreas de cobertura son
también diversas, encuentras desde los 90° a los 360°, pudiendo instalarse en
cualquier lugar donde se necesiten.
Su consumo de energía va de entre 0,5 a 8 Watts, cuando un foco ahorrador consume unos 25 Watts y un foco normal los 100 Watts.
Su consumo de energía va de entre 0,5 a 8 Watts, cuando un foco ahorrador consume unos 25 Watts y un foco normal los 100 Watts.
El
uso de sensores permitiría ahorrar si consideramos que en muchos casos se
tienen encendidas las luces durante toda la noche y son varias luminarias las
que se usan. Para ello un ejemplo sencillo: Un ascensor tiene por lo general
luz permanente, pero en realidad el tiempo que se usa no llega al 20% para un
edificio de viviendas, por lo que significaría un ahorro nada despreciable del
80% en el consumo de energía.
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