La inmensa
mayoría de las viviendas certificadas hasta la fecha obtienen unas
calificaciones comprendidas entre las
letras F y G (Escala de A-G, siendo “A” la más eficiente y “G” la menos eficiente),
dato que nos indica que el parque inmobiliario en España no tiene una buena
eficiencia energética y que hay mucho que mejorar. Si bien es verdad que a
veces hay que hacer una inversión inicial para optimizar determinados elementos
del inmueble, los resultados son visibles en poco tiempo.
Medidas de ahorro
Hay medidas muy sencillas y que pueden suponer un gran ahorro:
1. La sustitución de
ventanas por otras más aislantes. También es básico que estén bien
selladas las juntas y que la caja de persiana tenga buen aislamiento.
2. La sustitución del generador
de agua caliente por otro más moderno y eficiente, los
calentadores antiguos son poco eficientes.
3. La instalación de
contadores individuales en sistemas de calefacción centralizados. Son
baratos, de fácil instalación y pueden suponer un ahorro de hasta un 30%. Si
además se instalan válvulas termostáticas para poder regular la
temperatura de cada radiador, el ahorro puede ser aún mayor. Se favorece así el
consumo responsable de energía, ya que cada vecino paga por lo que consume.
4. La mejora del aislamiento
térmico interior de la vivienda, en fachadas, para minimizar los puentes
térmicos.
La empresa murciana Tenaga
Ingenieros ha realizado un estudio monetizando el ahorro energético y
demostrando cómo la eficiencia energética puede ser la mejor aliada ante las
imparables subidas de la factura eléctrica. Una vivienda mejor adaptada
energéticamente permite a su inquilino ahorrar entre 1.000 y 2.500 euros al
año.
Según esa comparativa de
precios, una vivienda de unos 100 metros cuadrados con una calificación G
y que mantuviese siempre las condiciones de confort, presentaría un consumo
anual aproximado de 15.184 kWh de electricidad, lo que equivale a unos 2.521
€/año con impuestos incluidos. Si se realiza la misma simulación en una
vivienda que tenga una buena calificación, una C por ejemplo, serían unos 6.300
kWh/año, lo que equivale a unos 1.045 €/año, el ahorro sería de 1476 €/año (125€/mes).
Si nos vamos a una calificación excelente, una A, estamos hablando de
1.250 kWh/año, lo que equivale a unos 207 €/año, un ahorro de 2314€/año
(200€/mes) con respecto a la calificación G.
Un claro ejemplo de que la concienciación
en temas de eficiencia energética nos puede ayudar a mejorar nuestras vidas
ostensiblemente, tanto en lo que repercute en nuestro bolsillo como en el
cuidado del Planeta.
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