5 de septiembre de 2011

Progresivo adiós a las bombillas tradicionales






Desde el 1 de septiembre de 2009, las bombillas de uso doméstico fabricadas para el mercado europeo deben cumplir unos requisitos mínimos de rendimiento energético. Las bombillas incandescentes y halógenas tradicionales que no cumplan esos requisitos se irán retirando progresivamente del mercado y desaparecerán de la Unión Europea en 2012.

Más eficiencia energética.

Desde septiembre de 2009, todas las bombillas no transparentes (mate) deben ser de clase A según los requisitos de la etiqueta energética europea. Las bombillas de bajo consumo, fluorescentes compactas y LED, son las únicas que pueden alcanzar un nivel de eficiencia tan alto. Todas las demás bombillas mate desaparecerán del mercado.
Al mismo tiempo, se irán retirando también las bombillas transparentes que más consumen. Este proceso comenzó hace dos años, en 2009. Desde ese momento las bombillas incandescentes claras de 100 vatios o más debían cumplir los requisitos de la clase C, lo que supuso la retirada de las bombillas incandescentes de 100 vatios. Este límite se irá reduciendo gradualmente a potencias más bajas hasta 2012 (75 vatios en 2010, 60 vatios en 2011, 40 vatios y menos en 2012).

Gracias al menor consumo de electricidad de las “nuevas” bombillas, la Unión Europea calcula que esta medida permitirá un ahorro anual de 40.000 millones de kilovatios a la hora (kWh) a partir de 2020, lo que equivale al consumo eléctrico de 11 millones de hogares. Un hogar medio puede llegar a ahorrar hasta un 15% en el recibo de la luz. El ahorro neto sería de 25 a 50 euros al año, dependiendo del tamaño de la familia y del tipo y número de bombillas que utilice. Además, tendrán otro efecto fundamental: dejaremos de emitir hasta 15 de millones de toneladas de CO2 al año.

Más precio y mayor duración.

Los consumidores podrán elegir a partir de ahora entre las bombillas fluorescentes compactas de larga duración (que ahorran un 75%) o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que ahorran entre un 25% y un 50%. También pueden optar por los dispositivos LED (diodo emisor de luz), aunque todavía no está muy extendido su uso.

La diferencia de precio entre las bombillas tradicionales y las de nueva generación es importante, ya que las primeras cuestan alrededor de 60 céntimos y las eficientes varían entre 1,5 y 10 euros, aunque permiten ahorrar más energía y tienen una mayor vida útil.

¿Qué hacer con las bombillas tradicionales?

Estas bombillas contienen componentes electrónicos complejos y no pueden tirarse a la basura normal. Esto se indica con un símbolo en el que aparece un cubo de la basura tachado. Devuélvelas a alguna de las tiendas que las venden o llévalas a un punto limpio de recogida de residuos electrónicos.

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