7 de julio de 2016

Iluminación LED en el hogar

Se calcula que aproximadamente el 25% de la energía consumida en un hogar se destina a la iluminación. Por tanto, es interesante que prestemos atención a este apartado para mejorarlo en lo posible.
Actualmente, la iluminación con LED presenta bastantes ventajas sobre las bombillas de bajo consumo:
- Las bombillas LED consiguen un mayor rendimiento: pues pueden llegar a destinar el 98% de la energía a generar luz y el 2% restante se disipa en forma de calor.
- El reciclado de las bombillas de bajo consumo es más costoso por la naturaleza de las sustancias empleadas en su fabricación.
- La vida útil de una lámpara LED supera ampliamente la de una bombilla de bajo consumo.
La tecnología LED, al extenderse su uso, se está abaratando día a día. A medida que se nos vayan fundiendo las bombillas de bajo consumo (también si las tenemos incandescentes) nos puede rentar ir sustituyéndolas por bombillas de tipo LED.
 
Existen una serie de recomendaciones a la hora de elegir el tipo de bombilla LED con el fin de que su vida útil se prolongue durante el tiempo esperado:
- El elemento principal es el chip LED: está formado por un material semiconductor sobre el que se depositan diversos materiales cuyo resultado da el color final de la lámpara LED. De la calidad del chip depende en gran medida la durabilidad de la luminaria y la calidad de la luz emitida.
- Observar cómo es el disipador de calor que incorpora la bombilla. Es preferible que sea de aluminio (carcasa exterior) y descartar otros materiales como el plástico. Es importante pues la temperatura no debe superar en ningún caso los 40 grados centígrados. Una buena gestión térmica alargará la vida útil del chip.
- Es importante la calidad de la fuente de alimentación interna que incorpora la lámpara, pues no se conectan directamente a la red.
- Fijarse en el factor de potencia que nos indica la eficiencia de la lámpara. Es un valor entre 0 y 1. Cuanto más cerca de 1 mayor eficiencia. Por ejemplo, un factor de potencia de 0,8 indica que el 80% de la energía se aprovecharía totalmente en generar luz y el 20% restante se perdería, mayormente en calor.
Como conclusión final, podemos ir sustituyendo las lámparas con tecnologías convencionales por otras de tecnología LED. Para evitar sorpresas, a la hora de adquirir una lámpara LED, conviene fijarse en la calidad de la misma en elementos tales como el factor de potencia, disipador de calor, etc.

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